jueves, 24 de octubre de 2013

¿Y si (no) eres tú?

"Puede que yo andara despistado y que tu pista llegara en forma de papel con nombre y número de teléfono. Que fuera casualidad, o destino. Suerte de haberte encontrado, o quizás mala suerte de no haberlo hecho antes. Que te cruzaras en el camino, sin que yo lo hiciera de brazos, y sin que tú lo hicieras de piernas. Esperando nada, esperando a nadie. Con dudas y sin planes, porque todos sabemos que planear es el paso previo a un aterrizaje, y nosotros queríamos volar alto, ya fuera con alas nuevas, o con vuelos comprados cinco días antes de volver a vernos por tercera vez en otra ciudad. A la tercera va la vencida, pero ahí seguíamos de pie, paseando con mapa y sin rumbo. Contemplando nuestras manos juntas, aunque a ti no te gustasen las tuyas. Escribiendo una historia sin prisa y sin pausa, despacio y con buena letra. La mía pequeña como mis ojos, la tuya grande como los tuyos. Puede que tú andaras despistada y que mi pista llegara en forma de lluvia, de verde, y de una isla que seguirá sin tesoro hasta que tú no llegues. El futuro puede esperar, y parís también supongo, al fin y al cabo los dos lo conocemos y, aun así, preferimos azahar a channel, los besos al francés. No sé si te escribo porque ayer me lo pidieses, o porque hoy me despidieses, en un aeropuerto que ha sido testigo de lo loco que resulta estar cuerdo, cuando hay más ganas que cosas que perder. Que pase lo que tenga que pasar, ya sea un último tren que no descarrile, o nueve guardias eternas que vuelvan a demostrarnos que con la ilusión también se puede cambiar de estación. Y al fin y al cabo, ya casi es invierno".



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