Sabía que era un sueño lúcido ("es un sueño que se caracteriza porque el soñante es consciente de que está soñando, pudiendo alterar la lógica del mismo").
Seguí pensando, la brisa me daba en la cara, viendo ola a ola, romperse, me sentía una ola mas, rompiendo por segundos, sabiendo que todo esto tiene principio y un final, y que difícilmente llegue algún día la calma, en la playa empezaban a pasear los más valiente, de aquel domingo de vuelta, con idas de cabeza, la mía, queriendo sacar la solución aquel problema infinito,
El sueño convertido en pesadilla, se acababa, llegaron ruidos incómodos del mar muy brava, el agua chocaba con agresividad sobre las rocas, y es que el sueño era menos sueño y la pesadilla, mas pesadilla, era el momento de vivir la realidad, la que nunca se había ido, ni en sueños, y solo me quedo con las fotos que nunca dejaran de soñar.